miércoles, 18 de mayo de 2011

Los silencios de Jaime Bayly

Los directivos del canal Cuatro de TV y del grupo El Comercio deben haber enloquecido, luego de escuchar el segundo programa dominical de su contratado estrella Jaime Bayly. La cantaleta al estilo de los jerarcas nazis, de repetir y repetir la monserga del “Andahuaylazo” dos domingos seguidos denota una decadencia absoluta. La falta de argumentos para cumplir con su único propósito de mercenario bien pagado, el de destruir la imagen de Ollanta Humala a favor de la hija del ex dictador preso, Alberto Fujimori, deviene en ineptitud profesional. Y lo más grave de esta actuación soñolienta y aburrida acontece por la subestimación a los ciudadanos peruanos, en tanto y en cuanto las reiteradas repeticiones de lo ya dicho, durante una hora, harían ver que para el periodista estrella Bayly, enviando sus “enlatados” desde Miami, sus compatriotas son una cáfila de tarados que no entienden a la primera de bastos. ¡Basta de discos rallados!.

Jaime Bayly basado en las mentiras por él mismo fabricadas, respecto a la participación de Ollanta Humala en el periódico de su hermano Antauro y en el protagonismo de la toma de la comisaría de Andahuaylas, llega a la conclusión por sí y ante sí, de que “el teniente coronel Ollanta Humala no es un demócrata” para luego acusarlo de golpista porque según la escasa inteligencia del periodista-escritor el Andahuaylazo fue un fracasado golpe de estado. Entonces, repitiendo la monserga una hora seguida, de forma monotemática, los ciudadanos peruanos debemos tragarnos ese brulote. Supongamos que los votantes de menor razonamiento puedan creer la tontería de un golpe de estado desde una humilde comisaría de provincia, con lo cual fundamenta Bayly su programa de gran elector pontificio; sin embargo, el Perú entero sabe que el último golpe de estado en el país lo protagonizó Alberto Fujimori el 5 de abril de 1992. De allí que si Bayly quiere hablar de golpistas, dictadores, tiranos, déspotas y autoritarios, y de líderes que quieren perpetuarse en el poder, pues allí tiene como paradigmas frente a sus narices a Alberto Fujimori, a su hija la candidata de sus favores y a todos los secuaces que la rodean y que de llegar al poder cometerían las mismas tropelías contra el ordenamiento jurídico de la nación, empezando por la liberación del reo ejemplarmente sentenciado a 25 años de prisión por sus crímenes y latrocinios. Conclusión: si el teniente coronel Ollanta Humala no es un demócrata ¿cómo en la escasa memoria de Jaime Bayly, Alberto Fujimori, Keiko y su gente si lo son?

No hay nada qué hacer, algo anda mal en la cabeza de este Jaime Bayly convertido, por el grupo El Comercio, en sumo pontífice de la nación o en todo caso este sujeto tiene los valores invertidos. Porque si lo que Bayly hace es periodismo, realmente don Luis Miro Quesada de la Guerra, refundador de El Comercio, debe morir tres veces, repitiendo que el “periodismo es el más vil de los oficios.” Si Ollanta Humala según la versión tergiversada e inventada por Bayly no es un demócrata, desde luego, debe tener una versión clara frente a la “demócrata” Keiko Fujimori que acompañó a su padre en los más oscuros proyectos de su gobierno como aquellos de comprar las líneas editoriales de los diarios y los canales de TV; mancillar el uniforme patrio de los altos mandos de la Fuerza Armada haciéndoles firmar un acta de sujeción a su persona al estilo de Abimael Guzmán; sobornar, chantajear y extorsionar a políticos y empresarios opositores a través de los SIN en manos del delincuente Vladimiro Montesinos; re-elegirse de presidente de la república mediante fraudes continuos hasta su tercer mandato; esterilizar a 300 mil madres de familia sin su consentimiento; rematar las empresas públicas valoradas en quince mil millones de dólares y desaparecer el dinero obtenido que dijo era sólo nueve mil millones de dólares; ordenar asesinatos a sangre fría a través del grupo Colina y participar desde un helicóptero en la eliminación de los presos acusados de pertenecer a Sendero Luminosos en el penal Castro Castro; ordenar los vejámenes y la tortura física de su esposa Susana Fujimori; etc. etc. La lista de atropellos es mucho más larga.

Jaime Bayle, pues, está en la obligación de informar sobre estos nefastos acontecimientos históricos que, según su punto de vista, harían a Keiko Fujimori una demócrata cabal y ejemplar frente a Ollanta Humala, sobre todo cuando dice que “su padre realizó el mejor gobierno de la historia del Perú y que, además, es su asesor principal o de lujo dada su experiencia de gobierno.” Bueno, si no quiere ser un mequetrefe del periodismo nacional, Bayly, debería aclarar qué piensa de los atropellos a la democracia protagonizados por Alberto Fujimori y su hija como primera dama de la nación, más aún cuando la candidata de Fuerza 2011, Keiko Fujimori, ha respaldado la “guerra sucia” diseñada por él y los grupos de poder encabezados por El Comercio, con la finalidad de destruir la candidatura nacionalista de Ollanta Humala. Ya que Keiko, muy suelta de huesos con el cinismo propio heredado de su padre, dice: el escritor Bayly “no ha hecho más que decir la verdad sobre su contendor.” Ahora, los peruanos en general, sin pasiones políticas de ninguna clase, deseamos fervorosamente que Bayly diga la verdad sobre Keiko y la dictadura que asoló el país luego del golpe militar del 5 de abril de 1992.

En la conspiración de las mentiras, al estilo Fujimori-Montesinos, a fin de impedir la llegada de Ollanta Humala a palacio de gobierno, también participa de lleno Alan García, quien viene cumpliendo sus objetivos de aquella célebre frase que lo pinta de cuerpo entero: “Yo no puedo elegir quien va a ser presidente pero si puedo evitar que un candidato llegue a palacio si no es de mi agrado.” Ciertamente por ello, el escritor Mario Vargas Llosa denunció que el gobierno del presidente Alan García ordenó a los servicios estatales de inteligencia destruir la campaña del candidato presidencial Ollanta Humala. El premio Nóbel de Literatura indica que se aplica el “Plan Sábana”, mediante el cual “a través de métodos delictuosos, espionaje telefónico, operaciones calumniosas y escandalosas filtradas a la prensa para minimizar el prestigio de Ollanta y el de su entorno familiar utilizando mercenarios y provocadores". En la columna de opinión dominical en el diario El Comercio, MVLL agrega que la denuncia proviene "de militares y civiles del servicio de inteligencia indignados de que se los utilice para fines políticos ajenos a su misión específica".

Por último y tratándose de Alan García, Jaime Bayly tampoco recuerda que los apristas encabezados por el candidato natural de esa organización partidaria convertida en una mafia propia de alanistas, fueron los atacantes más mordaces y directos del gobierno de Alejandro Toledo exigiendo la vacancia presidencial durante los años 2004-2005, antesala del equivocado llamado a la insurgencia popular desde la comisaría de Andahuaylas tomada militarmente por Antauro Humala, lugar donde debido a los enfrentamientos murieron cuatro policías, no como dice Bayly asesinados de puro gusto; pues en similitud también debería decir que los 24 policías muertos en Bagua por la equivocada orden de Alan García y la ministra Cabanillas, fueron asesinados por el gobierno y no murieron debido a los enfrentamientos con los nativos de la selva.

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